TRES POEMAS DE PAMELA ALEXANDER

                                    

 

                                                                 Introducción y versión en español: Raúl Racedo

 

                                         

                                    

 

 

 

Cualquiera tiene derecho a  pensar que Pamela es una mujer de todos los días. Seria la razón por la cual sus poemas hablan de cosas pertenecientes a todos los días. En ellos hay  noticias vistas y escuchadas  en el televisor de una casa  con paredes pintadas al tono; sillones confortables, suave aroma a lavanda o musk en los ambientes, y la excelsa presencia de la parafernalia ornitológica del ilustrador John James Audubon, -1785-1851.

 

Ella es así

Tal cual.

 

Lo es al contar cómo juegan los chicos en su calle, o bien al señalar las distintas circunstancias que se dieron en el té  del geriátrico. También en cuanto a sentenciar que los enamorados / das te dejan porque sos demasiado buena mientras que otros regresan porque sos (precisamente) la mujer maaaassssss buena del mundo.

 

Pero si al relatar los vuelos protagonizados por la aviadora Amelia Earhart, Pamela abre su corazón hasta el punto de volar  con tal mujer hacia el infinito, hacia lo desconocido, hacia lo abismal e impredecible sin - por supuesto- dejar de mantener los pies sobre la tierra, nadie puede negar que tira abajo la permisividad  del lector cuando en la ambientación del poema dedicado a la aviadora se le ocurre decir:

 

 

“...a crowd of Javanese walking up a volcanic mountain.

They laugh and talk, they carry baskets

and various loads on poles....”

                                         

                                             (flight)

 

“...una horda de Javaneses sube la volcánica montaña.

Ellos ríen y hablan, transportan cestas

y  algunas cargas en palos..”

 

Es verdad: la  curiosa información lanzada en esta stanza, es una visión televisiva de los Javaneses. Quiero decir, una visión al estilo de la multitud que Gunga - Ruyard Kipling- Din desprecia porque quienes componen tal multitud no son ingleses... ni... militares ingleses.

 

Es que los Javaneses de Pamela Alexander pertenecen al sofá de su casa: han sido copiados de las películas americanas donde chinos, japoneses, mejicanos, asiáticos, latinos y árabes, son idiotas por naturaleza.

 

De ahí la utilización  del vocablo “crowd” (pandilla, turba, chusma, masa), que apunta a tratar despectivamente cualquier actividad realizada por los Javaneses. Ocurre que el vocablo “crowd”  es una pieza  adecuada para encastrarla en otra consideración de Pamela:

 

“Perfectly black coffee in a white perfect cup, this

is simpler than flowered towels.”

                                        

                                        (the vanishing point)

 

“Un perfecto café negro en una perfecta copa blanca y esto

es más simple que las toallas florecidas”

 

 

Para el buen entendedor el negro es perfecto al actuar en contraste con el blanco... Pero el café negro desemboca en las vías urinarias y la perfecta copa blanca se erige en adorno. De tal modo, el perfecto café negro le da  mayor consistencia al carácter  eternamente perfecto de la artística copa... blanca.

¡Ergo!

 El cerebro de Pamela lo postula  y ella, oh bueno,  ella no hace otra cosa sino escribir tal como escribe. Gracias a ello uno se da cuenta  de que su arte ostenta la particularidad de falsificar la realidad tal como la falsificara Gunga Din. Nadie es perfecto.

 

“ Where I used to spend my time  

A-servin' of 'Er Majesty the Queen,  

Of all them black-faced crew  

The finest man I knew  

Was our regimental bhisti, Gunga Din.”

 

                        Rudyar Kipling (Gunga Din)

 

 

“Donde tenía por costumbre gastar mi tiempo

Al servicio de su Majestad la Reina,

De todas las negras caras de la turba

La del más fino hombre que conocí

Fue la de nuestro bhisti* del regimiento, Gunga Din.”- dice Kipling.

 

Escribió Kipling. Y el contraste entre las “black-faced crew” y “The finest

man I knew”(“las negras caras de la turba y la del fino hombre que conocí”),

da forma y vida a su intención. Tal cual Alexander con los Javaneses.

 

 

 

Pamela fue bendecida por el staff de Yale. Él le otorgó un premio por su trabajo “Navigable Waterway” en el año 1984. Desde entonces hasta ahora ha pasado algo de tiempo y pese a sus simpatías por Sylvia Plath u Elizabeth Bishop, Pamela sigue siendo Pamela. Absolutamente nadie hubiese esperado lo contrario.

 

 

 

 

 

 Inside Story at the Asylum

 

Come for tea,

chickadee in the evergreen; clear green tea.

How long. Oolong.

Music on the porch.

Foxtrots on the lawn. The stems of the mint

are as square as the steps. Come.

Comfortable. A white cloth.

Cream tea, sugar tea, round. Steep

steep tea and light brown light.

Earl grey watercolors, glazed

clay urn.

The azaleas are lovely. Why

be one? People do that, put colors on. Why be

jasmine tea drinking.

Among the bittersweet bushes

people keep talking and drinking.

I watch the easiest one.

Someone at ease is at home, his house is

anywhere a capital letter made from

the air about him. An initial,

what is the rest.

The house of air vibrates in the sun: his voice

unfolds, a bird unperching.

Things keep going away.

We two make a system, water and land.

A shore is an assurance, it moves a bit but it stays.

I see you, his look says, open

as the air that holds us both. Some water

is ice; people do that too, go cold and hard.

Everything does. Transparent puzzles

are difficult to assemble, the mind's

a delicate subject he says.

His words fall down like pebbles, a lot of letters

he puts together and throws away.

Things go away, no one can keep

a river around.

The last of the mint-light light from

the big elm lamps.

The last of the glossy ice, yellow tea, the last

taste taken at the angle

at which birds brake.

He goes. Come again. I see

a G clef shatter

in the empty glass set down

 

 

 

Historia Dentro del Asilo

 

 

Vení para el té,

chickadee* en el siempre verde; claro té verde

Cuan Largo. Oolargo**

Música en el porche.

Foxtrots en el césped. Los vástagos de la menta

son abundantes como los pasos. Vení.

Confortable. Un paño blanco.

Té con crema, té azucarado, redondo. Escarpado

Escarpado té y luz marrón luz

Tempranas acuarelas grises, esmaltadas

urnas de arcilla.

Las azaleas son amorosas.¿Porqué

ser una? Las personas hacen esto, ponen colores ¿Por qué estar

bebiendo un té de jazmín?

Además de los amargos dulces arbustos

las personas continúan hablando y bebiendo

Vigile a la más fácil.

Alguna fácil está en casa, su casa es

en cualquier lugar  una letra mayúscula hecha

del aire  alrededor de él. Una inicial 

que es el resto.

La casa de aire vibrante  en el sol: sus voces

Abiertas, un pájaro sin medida

Las cosas continúan  pasando.

Los dos formamos un sistema: tierra y agua

Una costa es una certeza, se mueve un poco pero permanece.

Te veo, parece decir, abierta

Como ése aire que nos sostiene a los dos. Algo de agua

es hielo; las personas también: se vuelven duras y frías

Toda cosa lo hace. Los rompecabezas  transparentes

son difíciles de ensamblar, la mente es

un sujeto delicado dice él.

Sus palabras caen como guijarros, una cantidad de letras

que puso juntas y lanzó lejos.

Las cosas se van lejos, ninguna puede mantener

un río alrededor.

Lo último de la menta luz alumbró desde

las lámparas del gran olmo.

Lo último del lustroso hielo; amarillo té; el ultimo

gusto tomado en ése ángulo

donde los pájaros frenan.

El va. Viene nuevamente. Veo

una clave de sol  romperse

en el vacío cristal que aterriza

 

       * chickadee

          

 

 

      

        ** imitación del sonido del chickadee

 

 

 

 

 

Air

 

It holds us, gently,

together.

It presses out, against the eardrum.

It presses in. It curls

in the palms of our hands

but holds nothing

to itself. It steps over

the sock flung onto the chair, the blouse

on the floor. When we touch,

it moves aside -- a modest medium

that solid things displace.

The children running down the street

punch through it, leaving

a cut-out shape of each position

hovering behind them

for an instant.

It is made of round

spinning things, but

it will adjust to a rectangular space such as

a room.

It's the only company

the old man who stays in his long underwear all day

has.

He comes onto the porch at noon

to get more.

People identify it by objects it surrounds.

They call it "atmosphere."

What people see is

themselves: they approve or they don't,

they leave for good or they come back.

Air is innocent of such judgments, having

no personality to protect.

It has

a simple habit:

it fills anything.

It occupies entire hotels

in the off season.

It is drawn to emptiness as to

a question it answers. Only a person

can puzzle it: the vacancy interior,

locked behind the eyes.

It stays whole, flows around

the wall, the knife.

We can change it

as much as ourselves, or

another person:

very little.

 

 

 

 

 

 

 

Aire

 

 

 

Nos sostiene juntos

suavemente.

Presiona desde fuera, contra el tímpano.

Presiona. Se encrespa

en las palmas de nuestras manos

pero nada sostiene

para sí. La media camina encima

de la silla, la blusa

en el piso. Cuando la tocamos,

se mueve hacia el costado—un modesto médium

desplaza estas sólidas cosas

 Los chicos corren a través de la calle

golpeándose, dejando

la forma de una herida en cada posición

que planea por un instante

detrás de ellos.

Realiza una ronda

de cosas hiladas pero se ajustará en un espacio rectangular como

el de un cuarto.

Es la única compañía

para el viejo que ha estado todo el día en  su largo

calzoncillo.

Él vino hasta el porche al mediodía

para ponerse más.

Las personas identificadas con el objeto que las rodea.

Ellas lo llaman “Atmósfera”

Lo que las personas ven

es a si mismas: ellas aprueban o no,

ellas dejan por buena o ellas regresan.

El aire es inocente ante estos juicios, no tiene

personalidad que proteger.

Tiene

un hábito simple:

llena cualquier cosa.

Ocupa enteramente los hoteles

en temporada baja

Dibuja el vacío como lo hace

una pregunta ante  la respuesta. Solo una persona

puede adivinarlo: la vacante interior

encerrada tras las miradas.

Permanecen todas fluyendo alrededor

de las paredes y del cuchillo.

Podemos cambiarlas muy poco,

tanto como a nosotras mismas u

a otra persona.

 

 

 

Portrait with Beast and Omnibus

 

 

The paraphernalia required

to take the turn-of-the-century photograph

must have been considerable

but common enough

that no one is paying much attention

to the contraption on the beach

-- most of the secondary figures show

as backs of hats, or backs.

The donkey, of course, is

disinterested, head half out of the frame.

It is the style of his species

to be undisturbed

by messiahs or machines, whatever

their reception by another genus.

In the two dimensions

of the brown and white photo

printed crooked on a post card,

the woman seems to be wearing

the building behind her as a hat: two large

arched windows and cupolas --

one louvered -- of a streetcar station

frame her head

as a pagoda does a sitting saint.

Under the brim is a fringe

of tassels, which are distant women

in long skirts on a curved sidewalk

going to meet the next car.

With bare legs dangling

around the donkey's barrel,

two children stare at the mountainous

camera on command; their histories pause

in their held breath. A hand

on one shoulder of each child

like parentheses or white

halves of a prayer, she stands

behind durable beast and passengers,

pointing the latter in the direction

of their inscrutable futures

while other people hurry up the street

to catch theirs

and the century turns a corner

of its own invention.

 

 

 

 

 

Retrato con Bestias y Ómnibus

 

 

 

La parafernalia requiere

traer de vuelta al fotógrafo de la centuria

que pudo haber sido el más considerable

pero demasiado común

ya que nadie le prestaría mucha atención

a los chismes en la playa

--la mayoría de las figuras secundarias se muestran

como partes posteriores de sombreros o espaldas.

El asno, por supuesto, es desinteresado, media cabeza fuera de foco.

Es el estilo de su especie

estar tranquilo

con Mesías o máquinas, independientemente

de su recepción por otro género.

En las dos dimensiones

del blanco y marrón de la foto

que ha sido impresa torcida en una postal,

la mujer parece usar

como sombrero el edificio de atrás de ella: dos largas

ventanas arqueadas y cúpulas;

un louvered* de la estación de tranvías

encuadrando su cabeza

igual que lo hace una pagoda al sentarse un santo.

Bajo el rebosar

una franja

adornada con borlas que tiene la larga pollera

de la distante mujer al ir a encontrar el

siguiente automóvil en la curva de la acera.

Con las piernas desnudas pendiendo

alrededor del barril del asno,

dos chicos miran fijamente la montañosa

orden de la cámara; sus historias es una pausa

sosteniéndoles la respiración.

Una mano en un hombro de cada chico

como paréntesis o blancas

mitades de una oración, ella esta de pie

detrás de los durables bestia y pasajero

apuntando a éste en dirección

a su inescrutable futuro

aunque un rato después las personas se apresuren en la calle

para alcanzarlos

y la centuria de vuelta en la esquina

de su propia invención.

 

 

 

 

*  louvered               

 

 

 

 

 

 

 

(c)  RAUL RACEDO - INVESTIGACION, SELECCION Y TRADUCCION