CENDALES DE PRIMAVERA 15/2011

Unos cuantos meses de camino

Veredas siguiendo tú ruta,

Esas líneas que brillan en mi ventana

Cuando llegan una vez a la semana… ahora,

En las mañanas se visten de oro blanco.

Muchos días te releo, en esa añoranza

Que aún no es mía, pero que va anidando

Como ese alcance nuevo de una alegría,

Cada día me llegan nuevas impresiones

Y la imaginación a veces vuela

Sin quererlo se ha estrellado por doquier,

Un día qué un despiste se movió de lugar.

Ya te siento tan a mi lado y aún en la lejanía,

Quisiera tenerte y ni siquiera has venido

Cómo añoro tus presencias viajeras,

Que ya han dejado de visitarme,

¿Por qué ya no te has vuelto a acercar?

Tocaste mi mejilla en una madrugada

Y solo ese leve roce me dejo tus agasajos,

He imaginado tenerte aquí a mí vera

En tantos días has estado,

Que ya pensaba eras una realidad palpable.

Poco a poco te voy conociendo

Y el tiempo se va acercando,

A un mismo ritmo te tengo

Y en otro instante ya no estás,

Te vas y te vienes o te alejas sin quererlo

Que ya no vienes pensándolo,

El alma se me revoluciona

Cuando al lado te he encontrado,

Placidez de tú lado se me ha ido acercando

Y tanto y tanto, deseo tenerte a mi lado,

Que por imposibles te has vuelto a alejar.

Un tiemblo se me ha sentado al lado,

Por no saber una posible realidad

Y la espera te hace escapen las palabras,

Que de mi boca aún no han salido

Es una respuesta que no te he preguntado.

Podrías contarme esa imagen

Que anida en tus pensamientos,

Para saber cuáles son tus quinqués

Los que quieren mirar y entrar

A través del cristal que tiene mi gabinete.

Me dijiste vendrías un día

Sé que ciertamente será una realidad.

Te invité a conocer mi mundo

Para poder compartir a mi genio poeta

Contigo y conmigo en esa meseta castellana.

No sé yo cómo voy a amanecer

Esa mañana fresca que vendrás,

La brisa suave de la primavera

Vistiendo sus mejores gasas,

Como el agua clara se adornará

Y en su pecho alborozará su corazón,

Cuando ese mirar del distante mar

Acerque su mejilla temblorosa,

Que entre hados y soles se arrullen

Con el fragor que estaban esperando.

Me asaltaron las grandes dudas

Porque quizás no quisieras ya venir,

Ese amor que tengo allá en el gran trecho

Pudiera estar meditando su venida,

¡Ay… que malas que son… las viejas dudas

Que por no saber, no quieren decir nada!

A veces no sé si quiero esos pocos días

Pues tengo miedo de no saber,

Sobrellevar las distancias existentes

Y las que pudieran seguir viniendo,

Se me abre una brecha en mí entender

Que no quiere estar llena de desamores,

Aunque mi amor ahí si quiere estar

Cuando la espera puede llegarse,

Pero no terminas por saber esperar.

Una mañana fría de otoño primaveral

Hasta mí pudo llegar ver en el aire,

Una mariposa blanca transparente

Iba y venía, con su vuelo revoloteaba

Y tan campante se mecía,

Que era el anuncio vibrante que señalaba

¡Tienes un encargo en el correo…

Míralo que llegó muy temprano,

No lo dejes escapar… que se perderá!

Su dulzor se fijó en un leve masaje

Al reflejar su luz tenue

En esa pantalla ovalada mía,

Rectángulo de mis ensueños.

Un beso cálido de mi ruiseñor

En medio del jardín ahí lo tenía,

Abajito del todo caminó

Por un sendero de flores y grana,

Color tostado o blanco roto

Avisaba que ya había llegado.

Era todavía ese invierno gélido

Escarchando las llanuras del frágil sendero,

Un delicado jazmín a mi ventanilla llegó

Olor agradable y sensual

Hechicero de mis sueños,

Que no se atreve a contarle a una rosa

Si la quiere o no la quiere,

Porque su nimbo despejado no está

Cuál rama de aquél rosal,

Murmullos entre sus hojas

Cuando las palabras delinean sus trazos.

Voy a coger un ramito de rosas

Para ponerlas en mi florero de cristal

Olor agradable en la entrada darán,

Su perfume embriagará las estancias

Iluminando con su color de rosetones

Las brisas que hay en sus pétalos gráciles.

Palencia, martes 8 marzo 2011.

Mía Pemán

38 Tan clara y sencilla soy

Tan clara soy, que me pierdo

y en ocasiones ya no sé donde ando,

Si me visita la alegría, vuelo en libertad

pero el suspiro no se recata en la verdad.

Tan sencilla soy, que no me encuentro,

sin embargo, aunque me confundan

Suelo encontrar el camino de vuelta,

si bien las lágrimas afloran

Tienen suficiente espacio,

para no darse un molinete en la cuenca.

Un ocaso del más adentro

acercose sin previo aviso,

Más una sonrisa repartió

en la primavera y el otoño,

Hoy en día se descendió

ya tan solo cariño existe,

Pues más nada podrán compartir

las ideas no se comulgan

ni en plato ni en estanque,

Y las apariencias se salpican

mientras los roces no comparten.

Un aroma de rosas en medio jarrón

bajo un manto de delicada miel,

Ya el corazón vacio no busca

su tallaje espinoso se detiene,

Contiene ese dulzor en fragancia

mientras el sonido acariciase

al albor de sus arrebujes.

Palencia, domingo 14 agosto 2011.

                                Mía Pemán

40 - Viejas almas dominantes

Quehaceres de los olvidos

Llámense todos a retocarse,

Más los abalorios viejos

Surcan avenidas de verse.

Es el ocioso verano que se marchó

Desprovisto de la nada y derribo,

Síguenle todos los rudimentos

Mientras un tanto se desdice en sobriedad.

Tienes los pies caídos y alborotados

Y ni los consejos te aturullan,

Que sabes esgrimir bien el zumo

Salido del abismo estrecho del zaguán.

Negros copetes en el horizonte

Mascan las orillas lejanas,

Y los arrecifes de conchas

No se dejan olvidar

ni de su clamor ni de su ventisca.

Recios los alborotos que se quieren despistar,

Queriendo ser más qué nadie y nadie más que ninguno

Sales del agujero incesante y conveniente,

Miras a babor y a estribor

Eres de los qué piensa,

¡saben colarse sin ningún miramiento y a lo tonto!

No sabes rescatar prioridades, qué dejas

Las sabidurías en el almacén de trastos.

Palencia, jueves 06 octubre 2011.

                                                               (C) Mía Pemán