REDH - Red Solidaria por los Derechos Humanos

:: Un saludo Agradecido, un Cariño Inabarcable ...

Querid@s Compañer@s,

Desde que me enteré -hoy por la mañana-, estoy tratando de reponerme y de pensar cómo escribo esto. Confieso no haber alcanzado ninguno de los dos propósitos.

Las circunstancias ofrecieron la posibilidad de pensarlo, desde hace tiempo soy consciente que este momento iba a llegar; sin embargo, comienzo a escribir estas líneas sin idea de cómo continuaré más allá de este punto.

En el día de ayer, murió Olga Márquez de Aredes, Madre de Plaza de Mayo, la Madre de 'Ledesma', entrañable compañera, queridísima y respetada por "Tod@s", MUJER incomparable.

Esa oportunidad que nos ofreció el tiempo, desde que supimos de su enfermedad, no sirvió para que nos resulte más fácil enfrentar este momento. Sí sirvió para que ella lo transite serenamente, acompañada / acompañando a su familia, despidiéndose de todos, haciéndose cargo de todo, como siempre se hizo cargo de su vida, de la de sus hijos, de su lucha que es la nuestra.

Yo no quiero hacer un obituario para Olga, tampoco puedo. Para que se entienda (en parte), porqué es importante, qué ha significado para todos nosotros: elijo compartir lo que ha escrito Luis Bruchstein en Página 12. Luis la ha conocido bien, y también entiende su pasaje por esta vida en toda su dimensión. Él es hijo de Laura Bonaparte, también Madre de Plaza de mayo, conoce el dolor por la desaparición de su padre, de sus hermanas, entiende perfectamente la dimensión de Olga.

También tienen en común, que pese a todo, hoy la familia Bruchstein Bonaparte, es una familia 'preciosa', como 'preciosa' es la familia Márquez Aredes. El milagro de reconstrucción de mujeres como Olga y Laura, se verifica en todo, en su lucha, en su vida pública, en la privada, en sus familias. Por eso MUJER lo escribí con mayúsculas. La lucha por la Verdad, la Justicia, la lucha contra la Impunidad en donde se dé, se entiende, si uno comprende el papel que cumplen estas Mujeres, cómo pusieron toda su lucha y la nuestra al hombro y marcharon delante.

No sólo se dio en Argentina, no sólo son las Madres de Plaza de Mayo, vale fijarse en lo que ocurrió también en Chile, en Uruguay, en Guatemala, en todos lados...

Si uno lo ve desde esa perspectiva despeja unas cuántas paradojas. Entiende que nadie más que una mujer puede tener ese poder de reacción, y esa fuerza cuando le quitan lo que más quiere. Van creando y sumando nuevas dimensiones a su condición humana. Pueden verlo en Olga, pueden verlo y escucharlo de Laura, de Nora, de María Adela, de todas, de tantas.

Siempre digo que estoy aquí, por las Madres. Nadie me 'apura' más que ellas, de ellas aprendí a no aceptar, ni callar, a no quedarme con 'una parte' del 'todo' que busco. Por más que acelerara el paso, siempre las vi adelante. No hace falta idealizarlas, aceptando las características, más que diversas de cada una de ellas, siempre resulta claro y obvio su aporte.

Muchas Madres se han ido, muchas ya no pueden marchar, al Estado le pregunto: ¿Cuánto tiempo más se quieren tomar?. No son cómplices por omisión, la desaparición forzada es un delito permanente, se comete a diario: son "directamente responsables". Nadie puede vivir tranquilo con esa carga sobre las espaldas. No alcanzan los gestos, ni los discursos, hay que quebrar definitivamente la impunidad, que caiga bajo el peso inmenso de la Verdad y la Justicia.

Del Estado Argentino, a Olga le han llegado antes Premios que respuestas. Ella, a lo largo de su vida no luchó por premios (como tampoco se detuvo cuando la ignoraron), ella 'pelea' por respuestas, por Justicia efectiva para Tod@s... Y lo ha hecho de una manera incomparable.

No despido a Olga, me quedo con el calor de su abrazo, la 'risa' espontánea e incompresible (?) que nos salía cuando nos veíamos, el regalo de su vida que sirvió para demostrame/demostrarnos, que aunque estés solo, aunque parezcas un loco, aunque veas solo espaldas, hay que seguir. Hay que seguir porque sí, porque es así, y porque aunque no lo veas, le estás enviando señales a mucha gente que espera confirmar que nada es al 'divino botón', que no hay olvido, que no podemos perdonar en nombre de l@s que no están, que no merecen que paremos.

Hasta ayer a las 18, ella no paró, ahora tampoco. En la próxima Marcha del Apagón en Ledesma el 28 de Julio, sus hijos dejarán sus cenizas frente a los cerros, en especial el Calilegua donde la gente del pueblo dice que puede estar Luis, su esposo. Ella quiso que esa marcha sea como las últimas: " con música, baile, alegría en las luchas cotidianas", porque "para penas y angustias, creo que ya fueron suficientes todos estos años, ahora la lucha debemos darla con alegria, sueños y esperanza".

No nos despedimos de Olga, ella siempre va a estar con nosotros, ayer nomás entró en nuestro territorio fundamental , el de la MEMORIA. Donde está Luis, y tod@s nuestros Compañer@s. Olga entra allí, con el más fuerte y agradecido de nuestros aplausos, bailando y riendo, como a ella le gusta...

¡GRACIAS, Viejita! Ojalá que estemos a la altura de todo lo que nos enseñaste, y todo lo que nos diste...

 

Abrazo apretado y risa..., como siempre ...

 

 

Un gran abrazo,

Carlos D. PÉREZ

Coordinador General de REDH

Red Solidaria por los Derechos Humanos

:: Luis bruchstein - Página 12, 18.03.05

Olga Aredes

El símbolo es esa mujer que da vueltas sola en un pueblo del norte. Es la plaza de Ledesma, en Jujuy, donde está el ingenio. La mujer es Olga Aredes, de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Lleva un cartel, el pañuelo en la cabeza y da vueltas mientras el pueblo, bajo la sombra del ingenio, da la espalda con temor. El placero lleva la cuenta de las vueltas y es el único que le habla. Cuando termina, guarda el cartel, se saca el pañuelo y regresa a su casa en silencio.

Tras años de cumplir el mismo rito, Olga consiguió romper el miedo, quebrar el silencio y una vez por año, en los últimos diez, Ledesma se sobrecogía en el mes de julio con la Marcha de la Noche de los Apagones. Primero iban gente de Buenos Aires y Tucumán y unos pocos vecinos. Y después los mismos pobladores de Ledesma se hicieron cargo de la cita y realizaron actos en las escuelas y en los barrios para recordar a los desaparecidos del pueblo, estudiantes, vecinos y trabajadores, entre los que se cuenta el ex intendente, el médico Luis Aredes, esposo de Olga.

A la tarde se quema el bagazo de caña y un olor dulzón inunda el pueblo. La chimenea gigante del ingenio más grande de Latinoamérica lanza una nube espesa de cenizas que cubren las calles y los autos. Forma parte del paisaje y la gente se acostumbra en un lugar donde es alta la incidencia de enfermedades respiratorias.

Olga murió ayer en Tucumán, víctima de cáncer, una enfermedad que se potenció por la bagazoosis que produce la caña que quema el ingenio. Sabía que se moría y se fue a Tucumán para estar acompañada por sus hijos Olga, Adriana, Ricardo y Luis. No quiso cuidados extremos ni que le prolonguen la vida en forma artificial. Asumió el diagnóstico fatal con serenidad, ordenó sus cosas y mantuvo alguna comunicación ?la que permitía su salud precaria? con los amigos en el resto del país.

Siempre fue así, de carácter fuerte pero sereno, desde su juventud, cuando recién casada con un médico recién recibido llegó a Ledesma. Luis Aredes quería ser útil donde más se lo necesitara. Y eligió el pueblo con la tasa más alta de mortalidad infantil. Pero después de un tiempo, el ingenio lo echó porque exigía demasiado para los trabajadores.

Se retiró a Tilcara, donde fue director del hospital por algunos años, pero abandonó todo para regresar y dar pelea, o sea ser útil. Fue el médico rural de los trabajadores golondrina y de los obreros del ingenio. La empresa hizo lo posible para echarlo, pero en 1973, los trabajadores le pidieron que fuera candidato a intendente y ganó. El resto es historia, lo depuso un golpe policial, lo metieron preso, lo liberaron y finalmente lo secuestraron y desaparecieron. Una noche de julio de 1976 se cortaron las luces del pueblo y de Calilegua, una localidad contigua, y la Gendarmería y el Ejército se llevaron a 400 vecinos en camiones cedidos por el Ingenio Ledesma. La mayoría fue internada en campos de concentración, 40 de ellos siguen desaparecidos.

El Ingenio Ledesma también sigue allí. Olga se murió. Es inevitable sentir el peso de la injusticia, de la desigualdad más desaforada. Pero si a ella y a muchas más las hubiera ganado el desconsuelo, les hubiera atado las manos y sacado el aliento o llevado a la resignación, el pueblo de Ledesma seguiría en silencio, las Madres no hubieran existido y no habría lugar, siquiera, para la esperanza o la dignidad.

En la película de Eduardo Aliverti, Sol de Noche, que cuenta esta historia, se la ve a ella y al cura del pueblo y un directivo del ingenio, enemigos del doctor Aredes. El contraste es tan fuerte entre la mujer y la hipocresía, la miseria humana, que lastima. Su vida, como la de todos, tiene un sentido en ese contraste.

La casa de Olga en Ledesma era una romería durante los días de la Marcha de los Apagones. Madres e HIJOS de todo el país se alojaban allí y se cocinaban grandes ollas de locro y docenas de empanadas. Habían sido muchos años de soledad, de dolor y humillación y la marcha era su victoria, la confirmación del valor de la dignidad, de que no estaba sola y de que el reclamo de justicia era algo más que una locura desgarradora. Ya enferma, en las últimas marchas caminaba con un barbijo para evitar la ceniza.

No estarán más su calidez, su opinión serena de luchadora, ni su mirada práctica. Faltará ese alegre empecinamiento fundamental. La vamos a extrañar en julio. Seguro que en estos últimos días pensó más de una vez en la marcha de este año, que será la primera sin ella. Pero también es seguro que en la Marcha de la Noche de los Apagones de este año en Ledesma estará más presente que nunca.

 

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Carlos D. PÉREZ
Coordinador General REDH
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