Antología Mínima

 

 


 

 

 

                                      VASLAV NIJINSKY (1890 – 1950)

 

 

I

 

La vida fue pájaro y vuelo,

Después sólo pico y garras.

Un juego amargo,

Un temblor de carroña

Arrojado a la insatisfacción del deseo.

 

II

 

Mi soledad se parece a los cuervos,

sólo en la muerte encuentra compañía.

Tiene graznido corvo y plumaje negro.

 

III

 

Hoy asesiné los sentimientos de culpa,

me desprendí de la cabeza a los pies del pesado ropaje,

y herí con mi afilada desnudez de navajas el aire.

Parpadearon los espejos.

Hice el amor con una adolescente pervertida.

Fui rojo subido, el púrpura caído de la tarde.

 

IV

 

Rómola: tu llanto me hace pensar

Que todavía creo en algo.

Por eso alguien adentro de mi silencio

Me hace danzar en alaridos.

Me empantana como un camalote sobre tu piel,

Aunque a la deriva soy celeste goce.

Un silencio vegetal para tu metálica indiferencia.

 

V

 

Mi elasticidad es un dolor que sueña curvaturas,

Balanceo de cañas, juncos o mimbres,

Lo que cae del viento:

En volutas, huracanado, girando...

 

VI

 

“¿ Soy Apis o el árbol de Tolstoi?”. (1)

¡No sé!. Pero te amé rural como una hoja de álamo,

una y otra vez, amarilla, abiertamente.

Tu eras la momia, yo el centro, la corola,

el espectro de la rosa.

Ellos: las espinas de la condena.

 

VII

 

Muchas veces fui fiera enjaulada.

El día que pueda escapar

en el escapar, lo presiento,

aullará la muerte.

 

VIII

 

Ambos fuimos un silencio de a pedazos,

danza, soplo de luz, relámpago,

cortejo, picotazo, embriaguez,

sostenido desmayo, orgasmo.

 Un zarpazo de sombra

Donde la luz inscribe su vacío.

 

IX

 

Agoniza la primavera

en la mudez de las piedras,

abrillantadas de polen ajeno.                       

 

X

Por eso y por vos Rómola,

pronto estaré junto a los que no están:

la patria de todos.

Estaré junto a él, de rodillas, apasionadamente.

 

XI

 

El exceso de sensibilidad me hizo levitar.

Me hizo ángel, colibrí, mariposa, arrojada flor, rosa.

Y la embriaguez de los aplausos me deshojó,

Me desaló, me desplumó.

 

La fiesta del fauno fue chorro solar.

Sobre el velo de la ninfa fue semen.

(París era como yo: “un milagro”; lo dijo Proust).

Después del después de la locura

Terminé extraviándome. Aunque sé:

“Que Dios me busca, y por lo tanto vamos a terminar

encontrándonos”.(2)

Lo estoy esperando o es él el que aún me hace danzar

Mientras el aire se hace caricia?...

 

1y 2: De su Diario.

 

                      

 

 

 

                                  SAFO                                                                     

 

 

    Ella sabía que quien discute las razones del amor

    discute por sus despojos, éste no sabe de razones.

    Que el amor se vacía cuando comienza a convertirse en promesa.

    Sabía explicar porque duelen de otro modo los engaños en septiembre

    y toda realidad aunque festiva concluye en lágrimas.

    Que para vivir plenamente hay que perder,

    Perder hasta las ganas de amar.

    Sabía (William Blake lo inmortalizaría siglos después),

    Que quien desea y no obra engendra un sudor amargo, pestilencia.

    Que el amor es irrespetuoso e invencible

     y otras veces sinónimo de condena.

    Que cuando no hay poseedor ni poseída la consumación es verdadera.

    _( Quién consume a quién: el fuego a la madera o la madera al fuego?)-.

     Por eso y por las espuelas de luz del alba,

     porque enero nos ha encontrado temblando, acariciando las culpas,

     Safo, si ellos te acusaron, qué es lo que yo he de perdonar.

     Sólo intentaba protegerte y me hicieron tu cómplice.

     Safo en Lesbos amaré a tu manera.

                                               

 

 

 

 

 

                                   FRIDA KHALO                                          

 

 

                                                                     “Es una cinta de seda

                                                                     alrededor de una bomba”

                                                                                     André Breton

 

     Ella es su creación. Un Dalí latinoamericano.

     Reina, hechicera o india tehuana.

     Inexacto límite entre lo onírico y lo real.

     Paisaje de terciopelos, orquídeas y esclavas.

     Mujer azul con bigotes rosáceos.

     Metáfora, símbolo o señal de lo ardiente, sexo, fuego y muerte.

 

     Ella fue para Diego lo que Dalí fue para Gala:

     Excitación, sudor, sostén y locura.

     Policromada cariátide de un templo griego,

     Mural, tapiz de plumas, vuelo o escultura,

     Joven virgen del thiasos lesbiano o perla gris del Egeo,

     cuna, cama y sepultura.

 

      Una trenza entre Narciso y los espejos.

      Desgarramiento lila. Oro azul de Coyoacán.

      Volcánico alarido de la imagen femenina.

      Ella es Frida y Frida su creación.

      Tajo, solo tajo. Pieza única de orfebrería.

      Pesada oscura joya precolombina.

 

 

                        

 

 

                                CAE LA VIDA                                                             

 

                                    “Que si cayó aquí, que si cayó más adelante...

                                    Poco importa. Cayó, y hoy conocemos _conoce

                                                       el mundo_ el peso de su sangre”

                                                                            Alejo Carpentier

 

 

FEDERICO: ella ahora dibuja un plano de tu deseo.    

Y hay un sonido que sueña más lejano que nunca.   

¿Quién pudo deshojar la luna?

               Hay un puñal lastimando al aire.   

¿Sólo al aire, Federico?

Y al verde total de ese “me cuesta quererte como te quiero”   

(La noche se hizo cuervo y tanta estrella, graznido).

 

FEDERICO: A bocanadas de luz, no es cierto?...,      

a mordiscos o zarpazos, de pie o de rodillas,   

girando como un trompo o a besos o a sorbos, elevándose o cayendo...

 Desnudo y doblado como un sauce.   

¿Con qué ansias de oscuros planetas le envolvías la cintura?    

Salvador Dalí ya no los  mira.

 

FEDERICO: ¿También tenía por carne junco fresco o jazmín mojado?   

¿Muslos de blanco anís resbalando como peces?  

¿Cintura en duelo de mordiscos de lirios y azucenas? 

¿Por corazón una paloma desatada, caliente?   

¿Vientre abierto, oscura magnolia; senos temblantes como un país

moreno y trenzas apretadas como piernas o dientes? 

O sólo fue “potra de nácar sin bridas y sin estribos”...    

Relincho, tarima, zapateo, galope o castañuelas?...

 

FEDERICO: ¿Qué llora sobre los álamos grandes   

cuando “el nardo de la luna  derrama su olor frío?

Allí, entre Viznar y Alfacar sólo quedan dos olivares. 

¿Quién..., qué cosa cae..., en llanto cae?...

Es ella y “verla desnuda es recordar la tierra”.

 

FEDERICO: Salvador Dalí ya no los mira  

y “una tristeza honda nos ha dado sus alas”, que no caen...

 

 

 

 

 

 

LA ARAÑA

 

¿En qué telaraña

está atrapado

el hombre qué somos?

 

La noche 

nos enreda

entre sus patas

y una voz secreta

nos zurce o teje

una red o una mortaja.

 

“Teje con maña

caza con saña”.

 

Nació de los celos de  Palas Atenea.    

De un castigo nació.

Nombra a Neith, la patrona de las hilanderas.

 

“En lo alto mora

en lo alto teje

la tejedora”

 

Si es pequeña, no le temas, genera buena suerte.

Si anda entre tus ropas, déjala estar, augura dinero.  

Pero si la dejas caminar sobre tu sexo: apróntate.

Su paso dice de una fuerza castradora.

 

 

                                      Patio del Parral del Palacio San José, E. Ríos, 2006.

 

                             (c) Luis Alberto Salvarezza

 

 

 

 

 

 

 

Luis Alberto Salvarezza – escritor y artista plástico nacido en C. del Uruguay (E. R.) en 1957. Coordinador de la Galería de Arte “La Folie” – 21 de Noviembre 26 – C. del U. (E. R.) –                Vicerrector del Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza” y profesor de Historia del Arte y Literatura Comparada en la Universidad Autónoma de Entre Ríos.

Ha publicado entre otros los siguientes libros :

  • 1984- De los orígenes ardientes (Primer Premio Nacional "Rubén Darío" - Fundación Baha'i, Bs.As., 1985)
  • 1986- "Doce+Doce/Doce" (Primer Premio Nacional "Editorial Alfa", Bs.As., 1986)
  • 1987- "Bestiario elemental"
  • 1988- "Katherine Mansfield y otros poemas"
  • 1994- "No es un castillo" (Mención Nacional Ediciones "La Piedra Movediza", Tandil, Bs.As., 1994)
  • 1996- "Entre el amor y la muerte"
  • 1996- "5 poemas"
  • 1997- "El Cosmos Chané de Luisa Pereyra"
  • 1997- "De los itinerarios"