ELIZABETH DELGADO NAZARIO TRADUCE A SYLVIE  DURBEC

 

 

ZAPATOS VACÍOS

 

 

En el triste guardarropa las prendas permanecerán vacías

la larga cabellera que tenía vida

no volverá a ser peinada, lavada, ni arreglada.

 

Me acuerdo de una blusa blanca y de una falda,

así como de un paso rápido, y de cabellos negros.

 

Me acuerdo

sin saber qué hacer,

de zapatos,

de vestimentas,

de pertenencias

y de un rostro ausente.

 

Sentada en mi cama, viva,

la imagino, y sólo vislumbro la silueta de una mujer

que pasa

y no es un soneto de Baudelaire

pero en la calle-silencio, muy cerca de aquí,

mi transeúnte se apresura a ir,

ahí donde la veía caminar viva

ahí donde nunca más la reencontraré.

 

De ella conservo sólo una sonrisa

y en mi computadora su dirección

y algunos mensajes de viajes y lejanías.

 

A dónde se van los muertos, pregunta Emily Dickinson, pequeña,

Se le responde que se han ido de visita.

Muy lejos. A otra parte.

Y yo que ya no soy pequeña, sino casi vieja,

no conozco la respuesta a esta pregunta.

Veo el guardarropa y la camisa sobre su gancho,

los zapatos dispuestos para unos pies ausentes.

Lo único que queda, las vestimentas.

Lo que se fue, y les daba vida

ignoro su destino.


 

Uñas, palmas, plantas, tobillos.

Pequeñas y grandes miserias.

Al final del cuerpo, los pies.

La cabeza en el otro final.

Caminar sobre la cabeza para volverse loco.

Caminar sobre sus pies para ir ¿adónde?

Desde la infancia miro hacia mis pies,

preguntándome si los reconozco

o

si me son extranjeros.

No tengo respuesta,

entonces los deslizo en unos zapatos.

 

 

 

 

Dans la penderie triste les habits resteront vides

La longue chevelure vivante

ne sera plus peignée ni lavée ni coiffée

 

je me souviens d’un chemisier blanc et d’une jupe,

d’un pas rapide aussi, et de cheveux noirs.

 

Je me souviens

sans savoir qu’en faire,

de souliers,

d’habits,

d’affaires

et d’un visage absent.

 

Assise dans mon lit, vivante,

je l’imagine, et je n’obtiens que la sihouette d’une femme

qui passe

et ce n’est pas dans un sonnet de Baudelaire

mais dans la rue-silence, tout près d’ici,

que ma passante se dépêche d’aller,

là où je la voyais marcher vivante

là où je ne la rencontrerai plus jamais.

 

D’elle je ne conserve qu’un sourire

et dans mon ordinateur son adresse et quelques

messages parlant de voyages et de lointains.

 

Où partent les morts, demande Emily Dickinson, petite.

On lui répond qu’ils sont partis en visite.

Très loin. Ailleurs.

Et moi qui ne suis plus petite, mais presque vieille,

je ne connais pas de réponse à cette question.

Je vois la penderie et la chemise sur son cintre,

les chaussures rangées pour des pieds absents.

Ce qui reste, les vêtements.

Ce qui est parti, et qui leur donnait vie

j’ignore sa destination.

 

**

 

Ongles, paumes, plantes, chevilles.

Petites et grandes misères.

Au bout du corps, les pieds.

La tête à l’autre bout.

Marcher sur la tête pour devenir fou.

Marcher sur ses pieds pour aller où ?

Depuis l’enfance, je regarde mes pieds,

me demandant si je les reconnais

ou

s’ils me sont des étrangers.

Je n’ai pas de réponse,

alors je les glisse dans des souliers.

 

 

(c) del libro Zapatos Vacíos, febrero del 2008.

 

(c) poemas de Sylvie Durbec

(c) traducción de Elizabeth Delgado Nazario

 

 

 

 

 

 

Fotografia tomada del blog Détective Sauvage

 

 

 

 

Sylvie Durbec nació en Marsella, Francia, en 1952. Profesora de Letras. Traductora del italiano al francés. Ha incursionado en varios géneros literarios como poesía, novela, teatro y literatura para jóvenes. Recibió el premio de escritura teatral de Médiathèque d’Aix-en-Provence, por su texto: Balada del viejo marino y de Nausicaa en el puerto de Marsella, en junio del 2002.

Ha contado con varias residencias artísticas, en países como Italia y Bélgica. Sus poemas NUITS de SAORGE han sido traducidos al italiano por la poeta Lucetta Frisa.

Entre sus libros publicados se encuentra: Saorge (poesía), Les Nuits de Vollezelle (poesía), La lézarde et le caillou (novela epistolar a dos voces con la escritora finlandesa Kristina Haataja), además de varias publicaciones en revistas de Francia y otros países. Es invitada a colaborar en una antología de poetas francohablantes publicada por Espejo de Viento, en México.

Participa en eventos artísticos en Italia como poeta y artista.   

 

 

 

 

 

Elizabeth Delgado Nazario

 

 

 

 

Elizabeth Delgado Nazario, nació en Cuernavaca, Morelos, 1981.

 

Premio Nacional de Literatura Luis Cardoza y Aragón para Crítica de Artes Plásticas 2005 (Monterrey, Nuevo León, México).

           

Becaria de Jóvenes Creadores en el área de Poesía, otorgada por el FOECA - Morelos, (CONACULTA – Instituto de Cultura de Morelos) 2006.

 

Poemario: Los nombres que caen, Unicedes, Morelos, 2003.

 

Licenciada en Letras (UAEM, Morelos, México, 2003),

 

Maestra en Historia del Arte  (UAEM, Morelos, México, 2007).

 

Poeta y ensayista, incluida en varias antologías, La Jornada Semanal y revistas del estado de Morelos y otros estados, e internet.

 
 

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